En su innovador folleto Esperanto-mono (“Dinero esperanto”, 2000), Hans Jankowski incluye no solo monedas y medallones en esperanto, sino también métodos de pago y valores de varios tipos que se han utilizado como medios de pago locales o relacionados con eventos. Al mencionar el dinero en esperanto, es de vital importancia enfatizar que no es una moneda oficial. Sólo unas pocas monedas nacionales, puestas en circulación por las autoridades estatales oficiales en honor a los méritos esperantistas (u otros) de tal o cual persona, sirven como moneda oficial en el país correspondiente.

Moneda del esperanto: experimentos históricos y transculturales

En 1907, solo veinte años después de la publicación del primer libro en el idioma, los pioneros del esperanto sintieron la necesidad de lanzar un sistema internacional de moneda en el mundo del esperanto. El objetivo de estos intentos era simplificar las relaciones de comercio e intercambio entre los esperantistas en diferentes países y convencer a los empresarios de todo el mundo de las ventajas de un idioma auxiliar internacional común y un sistema monetario mundial. El Grupo de Especialistas en Economía y Comercio Internacional (IKEF), fundado en 1985, hasta el día de hoy promueve el Esperanto a través de sus usos prácticos en la economía y el comercio.

El primer proyecto fue iniciado por el profesor René de Saussure, quien en realidad solo esperaba una unidad monetaria internacional imaginaria que permitiera conversiones convenientes entre monedas nacionales. Aunque desde su punto de vista las monedas y los billetes no eran realmente necesarios, en el aniversario 25 del Esperanto en 1912, se lanzaron las primeras monedas (llamadas “de fantasía”) de 1.000 y 2.000 “spesoj”. En 1907, cuando aún no existían tales monedas, el esperantista alemán Herbert F. Höveler consideró poner en práctica el sistema del speso en el servicio bancario. En 1908 fundó el Banco de Cheques Esperantistas. Se pusieron a disposición varios medios de transferencia de dinero, con el speso como moneda.

El banco fue un éxito inmediato y trabajó en colaboración con otros bancos como London & South-Western Bank, Ltd en Merton Abbey, Reino Unido; Bankhaus Gebrüder Arnold en Dresden, Alemania; y el banco A. Saĥarov, Tverskaja en Moscú, Rusia. Las asociaciones de esperanto en varios países, muchos editores y vendedores de libros en esperanto, la Cámara de Comercio en Washington, EE. UU. y también el famoso Thomas Cook & Son de Londres tenían cuentas en el banco de Esperanto.

En pocas palabras: para abril de 1914, 730 personas y asociaciones en 320 ciudades y 43 países tenían cuentas en el Banco de Cheques Esperantistas. Vendió no menos de 20.000 talonarios de cheques y 40.000 formularios de remesas.

Luego, como un relámpago, vino la atroz matanza de la llamada Gran Guerra, que no sólo provocó la cancelación del décimo Congreso Mundial de Esperanto en París, sino que dividió a los pueblos de Europa y sus esperantistas, y en consecuencia asfixió la actividad del Banco de Cheques. Höveler falleció (1918) y su proyecto fue liquidado.

En 1946 federalistas mundiales en La Haya, Países Bajos, por iniciativa de Julia Insbrucker y Andre Cseh entre otros, fundaron la Liga Universal (UL). Querían regenerar el movimiento y la moneda mundial del Esperanto, con el lema “un mundo – un idioma – una moneda”. Se creó un método de pago real, una forma de comprobante (un tipo de billete no oficial).

Los miembros de la Liga también planearon poner inmediatamente en circulación monedas de metal. En 1960, la Casa de la Moneda del Estado holandés en La Haya acuñó las primeras monedas “stelo” de 1, 5 y 10 stelos, ¡mostrando 1959 como el año!

En 1965 siguieron monedas con un valor de 25 steloj en oro, plata y cuproníquel respectivamente.

La inflación en curso en Europa y la continua reducción del poder adquisitivo significaron que la membresía de la UL disminuyó, la liga quedó inactiva y el sistema stelo desapareció silenciosamente. Hoy en día, el legado de la Liga Universal es administrado por el Instituto Internacional de Esperanto en La Haya.

(Continuará en un tercer artículo.)

Bert Boon es un esperantista belga, fundador de la Asociación Numismática de Esperanto, el primer grupo de especialistas en numismática de la UEA, y editor de su revista Esperanta Numismatiko. La revista y la afiliación a la asociación son gratuitas.

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